Que buen relato breve, sobre lo que es y no deja de ser.
Lo siento pero no. La culpa no es de tus padres. La culpa no es de esa botella de ron, a la que solo le falta el culo para vaciarse. La culpa no es de esos amigos que te dejaron de lado. La culpa no es de esa novia que se fue para jamás volver. La culpa es tuya. Tú tienes la culpa de todo.
Y debido a esa culpa, a ese remordimiento, al saber que le has dado dinero de menos a la cajera, al saber que has cogido dinero del cestillo de la iglesia, al saber que por las noches llegas al éxtasis, a veces solo y a veces no. Al saberlo todo. Porque lo sabes. Por eso te remueves.
Y por ello ahora estás ahí, tirado, nauseabundo, putrefacto, esperando una botella de agua del cielo que te calme la resaca, que hasta ahora no parece que pueda…
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